Fotografía y guerra 

La revista Vogue ha presentado una entrevista con el matrimonio Zelenski fotografiado por Annie Leibovitz

Mucho ha sido criticado pero pienso, como comenta un artículo del Washington Post que

Zelensky comprende el poder de la óptica en la guerra moderna.

No es la primera vez que la fotografía nos muestra la guerra de primera mano.

Recordemos

The valley of the shadow of death. Roger Fenton

Las balas de cañón, en un valle, sin muertos en la foto, dicen mucho más del dolor de la guerra que si fueran los muertos los protagonistas de la foto.

Otras veces el fotógrafo actúa de manera teatral colocando cadáveres para potenciar la foto

The Case of the Moved Body

Like other Civil War photographers, Alexander Gardner sometimes tried to communicate both pathos and patriotism with his photographs, reminding his audience of the tragedy of war without forgetting the superiority of his side's cause. Sometimes, the most effective means of elevating one's cause while demeaning the other was to create a scene -- by posing bodies -- and then draft a dramatic narrative to accompany the picture.

El caso del cuerpo movido Al igual que otros fotógrafos de la Guerra Civil, Alexander Gardner a veces intentaba comunicar patetismo y patriotismo con sus fotografías, recordando a su público la tragedia de la guerra sin olvidar la superioridad de la causa de su bando. A veces, el medio más eficaz para enaltecer la causa de uno y degradar al otro era crear una escena, posando cuerpos, y luego redactar una narrativa dramática para acompañar la imagen.

 The Master Print Collection includes more than 31,500 signed modern exhibition prints, and 2,600 vintage and book production prints of 3,257 images taken by photographer Elliott Erwitt between the 1940s and 2010. Also included are some 14,500 5 x 7-inch proof prints. Found within the collection are examples of Erwitt’s work for magazine and advertising clients, much of it done while a member of the prestigious photographic cooperative Magnum Photos,

El Museo del Ejército presenta por primera vez una exposición dedicada no al conflicto, sino a su representación a través de la fotografía. Desde el sitio de Roma (1849) hasta la guerra de Siria, el recorrido reúne más de 300 fotografías que cuentan el relato de una construcción mediática de la guerra a través de la imagen. Sylvie Le Ray-Burimi, curadora principal del patrimonio, y Lucie Moriceau-Chastagner, jefa de la colección de fotografías del Museo del Ejército te invitan a seguirlas.

La sala de fotografía del Museo muestra una selección de obras del fotógrafo pontevedrés Virxilio Viéitez que forman parte de las colecciones de la Academia. Además, se expone material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Melero / Marisa Llorente.

Como miles de sus paisanos, Viéitez sufrió los ultrajes de la menesterosidad y el desarraigo. Siendo todavía un rapaz abandonó Soutelo para trabajar primero en Vigo, y después en Cataluña, donde por espacio de siete años se desempeñó como fotógrafo de calle. Con el oficio bien aprendido volvió a su tierra, instalándose definitivamente como retratista. Pero no era en el estudio donde le gustaba trabajar, sino en las calles, en los regatos, en los prados y cementerios, en los huertos, en la carretera que cruza su pueblo por la que se filtraban tímidamente los ecos del mundo. En estos escenarios realizó sus mejores fotografías, las que ante su propio asombro le convirtieron en una celebridad internacional, desde que nos las descubrió su hija Keta en 1997

Guiados por una pueril fatuidad, los expertos en fotografía se empeñan en buscar la excelencia en los supermercados de la cultura, ignorando a los maestros como Viéitez. “Sé de tu pueblo” nos dijo don Miguel de Unamuno. El enorme talento de Virxilio Viéitez le permitió retratar el mundo sin salir de su pueblo.